Muchos que están leyendo esto piensan que la tecnología y la moda poco tienen que ver, incluso lo primero que se viene a la mente es una especie de circuitos en prendas de vestir; pero ambas industrias siempre han ido de la mano y tienen mucho que ver, más de lo que crees.
Tan solo vayamos al pasado, en 1850 cuando a Jacob Davis y Levi Strauss decidieron poner remaches en los pantalones, el uso de esta tecnología estaba pensado en carpas de acampar y decidieron utilizarla para dar mayor resistencia a sus prendas: así nacieron los jeans.
Como esto, han existido miles de ideas, cambios y planes entre la vestimenta y la tecnología, que con el paso del tiempo se han convertido en grandes básicos de todos los guardarropas, como el caso antes mencionado de los jeans, pero también la ropa deportiva que te permite mayor respiración de tu cuerpo y otros ejemplos más.
Pero veamos, cómo es que la moda y la tecnología han ido de la mano desde que se tiene registro:
El uso de relojes
Los relojes son uno de los primeros accesorios que podríamos encontrar entre moda y tecnología, porque si bien tienen un fin común: medir el tiempo, su uso estaba ligado a personas poderosas y con alto poder adquisitivo, pues antes de su industrialización, solo unos cuantos podían medir el tiempo en su bolsillo.
El uso de engranes y mecanismos cada vez más elaborados hicieron que medir los segundos fuera cada vez más preciso y llevándolos a la muñeca. Quizá el reloj más famoso es el Omega Speedmaster, pues fue el elegido por la NASA para acompañar a los primeros hombres en la luna debido a su resistencia a las temperaturas extremas y a la ausencia de gravedad.
La llegada de los microcontroladores en los relojes significó un salto enorme en este sector. Con ello, el reloj simplemente dejó de dar la hora y comenzó a dar alarmas, servir de calculadora y hasta como calendario para recordar eventos. Esto, poco a poco dio inicio a una revolución, convirtiendo los relojes digitales en smartwatch.
Con estos nuevos dispositivos, las funciones aumentaron y ahora también se convirtieron en teléfonos inteligentes que se colocaban en la muñeca, dando posibilidades a realizar llamadas, escribir mensajes y hasta hacer pagos por internet; todo esto con la posibilidad de escoger la correa, el cuerpo del dispositivo y el color para hacerlo combinar con tu outfit.
La moda en el espacio
No solo han llevado relojes al espacio, también se tuvo que desarrollar ropa que permitiera aguantar temperaturas extremas y presiones muy distintas a las que suceden en la Tierra. Pues desde que la carrera espacial inició, la NASA solo ha recurrido a una empresa: ILC Dover. Una compañía que fabricaba ropa interior femenina conocida com Playtex.
Así es, hasta la segunda guerra mundial, la empresa sumó nuevas creaciones como balsas, cantimploras y otras cosas para el ejército. En 1947, la empresa se dividió en cuatro, una de las cuales empezó a producir trajes y cascos de alta presión para las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos de América.
La razón por la que fue elegida, es porque sabía hacer prendas justas y altamente flexibles, así como la experiencia de los trajes presurizados para aviación, por lo que el gobierno de aquel país contrató a ILC para que hiciera el primer traje: el AX5L, que posteriormente dio paso al siguiente modelo: A7L, que Neil Armstrong describió en una ocasión como “resistente, fiable y casi adorable”.
Así, durante más de 50 años, solo una empresa se ha dedicado a crear estos trajes y el proceso para fabricarlos es largo, pues necesitan unas 5 mil horas de trabajo, desde que se diseña hasta que se puede probar, por lo que cada traje cuesta alrededor de un millón de dólares.
Entre otras tecnologías, el traje permite al astronauta no sobrecalentarse, debido a que cuenta con un sistema de tubos que distribuyen líquidos refrigerantes por todo el traje para que la persona que lo lleva esté cómoda, algo parecido a un enfriador de computadoras o autos.
Así, la tecnología en la ropa hizo posible que los humanos viajaran al espacio, caminaran en la luna y dieran paseos en la estación espacial internacional. Por ahora, ILC Dover está trabajando en desarrollar un traje para los viajes a Marte.
La organización ya ha desarrollado bolsas de aire que permitieron poner a salvo el primer rover en el Planeta Rojo. Además, está desarrollando trajes pensados en soportar la mayor gravedad de Marte.
Los wearables
Hemos hablado de tecnología tan sencilla y ancestral como el reloj, pero también tan complicada y específica como los trajes espaciales, sin embargo, el punto medio entre estas dos áreas son los wearables: un pedazo de tecnología que se utiliza para medir, mejorar y perfeccionar diferentes sentidos y estilos de vida.
Para ser más claros, los wearables son tecnologías que se pueden vestir y se conectan a internet, se enfocan principalmente en el campo de la salud y el bienestar; muchas de estas tecnologías aseguran que cambiarán nuestras vidas, porque ayudan al rendimiento de las capacidades físicas en ámbitos que van desde el deporte hasta el trabajo.
El primer dispositivo wearable del que se tiene registro surgió en los años 60, gracias a un profesor del MIT y el genio matemático Claude Shannon, el cual servía para realizar cálculos que permitía atinar en las apuestas. El dispositivo funcionó tan bien que Nevada lo prohibió en 1985.
El boom se dio hace unos 8 años, cuando Apple presentó su Apple Watch, el primer wearable de la marca de la manzana, no por eso el primero de las marcas comerciales; pero fue este dispositivo el que hizo que miles de personas adoptaran esta tecnología en sus vidas.
Así, poco a poco el mercado se llenó de estos dispositivos desde relojes, anillos, pulseras, collares, lentes y hasta playeras. Todas con la intención de medir el ritmo cardíaco, la cantidad de oxígeno en la sangre, los pasos que das en el día, acceder a las notificaciones de tu teléfono de una forma más rápida y enviar mensajes de auxilio en caso de emergencia.
Pero no solo se quedaron en esta tendencia, la tecnología no solo se trata de microcircuitos, también en una tendencia de responsabilidad social que dieron paso a las telas creadas con residuos de basura, el uso de plásticos en ellas y el reciclaje de prendas que se desechan.
De hecho, esto se ha convertido en un punto de trabajo, pues tan solo en Estados Unidos se desechan casi 30 kilos de ropa por persona, lo que se ha convertido en un problema de basura y en el que muchas marcas, poco a poco se han metido, dando como resultado aplicaciones dedicadas únicamente a recoger esta ropa y reciclarla.
Como hemos visto, la tecnología va muy de la mano con la moda, no importa si no eres un fanático de seguir las tendencias, compres en boutiques o directamente en tiendas de fast fashion, el cruce entre moda y tecnología siempre estará presente en su historia. Es como cualquier mercado: se actualiza o muere.
Fuentes y referencias:
Wired – https://www.wired.com/2015/12/christopher-leaman-ilc-dover
El País – https://elpais.com/elpais/2018/03/26/alterconsumismo/1522066646_728106.html
The Atlantic – https://www.theatlantic.com/technology/archive/2020/10/america-mishandling-technological-progress/616711/